Hay todo un mundo y una filosofía detrás de las obras de Claudy Jongstra. Todas sus obras se elaboran respetando la naturaleza y en colaboración con ella, siguiendo una cadena de producción ética, circular y transparente desde su granja biodinámica en De Kreake en Húns, en la región de Frisia (Países Bajos). Su principal medio artístico, la lana, procede de un rebaño local de ovejas autóctonas de la raza más antigua de europa, la Drenthe Heath. Esta lana se hila y se fieltra. Después, dicha lana se tiñe en agua de pozo local con plantas cultivadas en la granja. Así se crea el vital azul índigo obtenido de la áspide de Jerusalén. El rosa suave procede del ruibarbo; los tonos marrón dorado se tiñen con residuos de alimentos como cascaras de nuez, pieles de cebolla, nueces, bellotas de roble y restos de zanahoria. La raíz de Rubia proporciona el rojo rosado, la cochinilla el carmesí y el negro profundo es Negro de Borgoña.
En una región donde predomina la agricultura a gran escala y donde la tierra se explota intensivamente, el Estudio Claudy Jongstra revitaliza el paisaje local. Lo hace por respeto a la naturaleza y con la preocupación por preservar, transferir conocimientos y por recuperar lo que corre peligro de perderse. La artista transforma el monocultivo en un paisaje más diverso, inclusivo, ecológico y colorido.